La República de Panamá a través del tiempo ha  venido desarrollando diversas acciones en materia de control del tabaco, sin embargo, cada vez más es un reto enfrentar las consecuencias que genera el consumo de tabaco a la salud de la población, un consumo estimulado por la industria del tabaco mediante estrategias de mercadeo novedosas y de diversa naturaleza. En nuestro país existen un conjunto de disposiciones regulatorias para el control del consumo de tabaco, cuyo énfasis se ha centrado a través del tiempo, en los aspectos relativos a la prohibición de la venta de productos de tabaco a los menores de edad, en la prohibición del consumo de tabaco en entidades públicas, transportes, cines, teatros y entidades educativas y de salud. Estas disposiciones, de igual forma hacían referencia a la separación de áreas de fumadores y no fumadores en restaurantes y a la colocación de una advertencia sanitaria en las cajetillas de cigarrillos cuyo texto único indicaba que “FUMAR ES NOCIVO PARA LA SALUD”. 

 

Un análisis estratégico realizado por actores institucionales y organizaciones no gubernamentales dio evidencias de las fortalezas y debilidades nacionales para enfrentar la epidemia en nuestro país, que además se sustenta en el comportamiento mundial del problema del tabaquismo. Dicho análisis sugirió la necesidad de diseñar, ejecutar y evaluar el impacto que tendría sobre la salud, la intervención integral para el control efectivo de las múltiples variables que inciden en el consumo de productos de tabaco.

 

Es bueno mencionar que, este problema de salud pública, como muchos otros ha generado conflicto de intereses, pues hay una contraposición entre la salud pública que defiende el derecho a una vida con calidad y los intereses comerciales, siendo que los productos del tabaco se han clasificado, como lícitos, pese a ser elaborados a base de nicotina, una droga con alta capacidad adictiva.

 

Pesé a todo ello, hoy día con la aprobación de la Ley Nº 13 de 24 de enero de 2008, Panamá ha intensificado su marco normativo en materia de control de tabaco y se ubica como uno de los países que cuenta con una norma que contempla medidas de efectividad comprobada para lograr una protección real de la salud de la población. Estas medidas buscan frenar el inicio del consumo de productos de tabaco, desocializar el consumo, disminuir la prevalencia de consumo y la prevalencia de enfermedades, discapacidad y muerte asociada a los productos de tabaco. Con la aprobación de la Ley 69 de 2009, se ha logrado el incremento del impuesto selectivo al consumo de tabaco pasando del 32.5% a 100% del precio declarado por el productos, y se aplica a todos los productos de tabaco.

 

Con el propósito de avanzar en la implementación de las medidas ya aprobadas y en la regulación de temas aún pendientes, desarrollando acciones integrales de control de tabaco, en el contexto de la implementación del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco, del que nuestro país es Estado Parte desde el 16 de agosto de 2004, se ha estructurado el Plan de Acción para el quinquenio 2014 – 2018, que se presenta en este documento. Este Plan cuenta con un primer acápite que recoge el marco contextual y se ha estructurado con base en 7 áreas de trabajo que requieren del desarrollo de intervenciones concretas, a saber: 

1. Organización

2. Planificación y Evaluación

3. Sistema de Información 

4. Investigación

5. Normas y Leyes

6. Promoción de la Salud y Desarrollo de Capacidades

7. Participación Social para el Control del Tabaco y,

8. Cesación del Consumo de Productos de Tabaco

 

Además, se presenta en su anexo único el panorama general que recoge antecedentes mundiales y nacionales relacionados con la epidemia del tabaquismo, presentándose elementos claves que sustentan el contenido mismo de este Plan.