Tabaco y sexualidad masculina

Tabaco y sexualidad masculina

 

Fumar produce otros trastornos igualmente importantes. Uno de ellos es la disfunción eréctil, claramente superior en hombres fumadores. A la impotencia puede sumársele ocasionalmente infertilidad.

La impotencia del fumador es debida a problemas circulatorios. El tabaco afecta los flujos sanguíneos del pene, reduciendo la presión sanguínea en su interior. Durante la erección grandes cantidades de flujo sanguíneo penetran en las arterias del pene. El sistema venoso peneano, a través de una especie de válvulas, se comprime para evitar que la sangre salga del pene, quedando atrapada en unas cavidades denominadas senos cavernosos. Este mecanismo se halla alterado en los fumadores, lo que provoca dificultades para iniciar la erección y también para mantenerla el tiempo necesario.

Asimismo, las arterias peneanas de los fumadores se encuentran afectadas por una arterioesclerosis acelerada, con mayores depósitos de colesterol y, por lo tanto, con flujos sanguíneos menores.

La nicotina, a través de los estímulos que provoca en el cerebro, provoca rápidas contracciones del tejido del pene, con espasmo de las arterias, disminuyendo todavía más el flujo sanguíneo. También por el efecto de la nicotina se produce una dilatación del sistema venoso que impide que la sangre quede atrapada en el pene, aspecto que dificulta enormemente mantener la erección.

En el hombre, el cigarrillo provoca disminución de la densidad y la velocidad del esperma (disminuye la motilidad en un 50%) lo que se asocia con infertilidad. De hecho, los fumadores tienen una disminución de hasta un 75% en la fertilidad cuando se comparan con no fumadores. El fumar daña las arterias que irrigan al pene pudiendo ser causa de impotencia. En los fumadores de más de un paquete por día el riesgo de impotencia es 40% mayor que entre los no fumadores.

 

Fuente de imagen: http://ceroimpotencia.com/wp-content/uploads/2016/01/disfuncion-erectil-2.jpg